
El campeón de Europa evitó su congelación en Kiev. El Barça superó la adversidad con el balón, que no entiende de temperaturas bajo cero ni de gélidos inviernos. Recibió un gol a los 2 minutos de partido, lo que pudo avecinar una debacle que no existió gracias a Xavi, autor del empate que acabó con todos los fantasmas que se asomaron por el Valeri Lobanovski.